
Hola soy Silvia Pérez Hernández, creadora de este espacio, y me presento como una nueva nómada digital comprometida con la naturaleza y el turismo sostenible. Y !sí! Creo en un mundo mejor y más sostenible, apuesto por la sostenibilidad.
Soy geóloga (especialista en geomorfología y geofísica marina) natural de Gran Canaria (Islas Canarias, España) y llevo más de una década trabajando en diferentes países que me han aportado experiencias únicas, enriquecedoras y de incalculable valor. Me considero una persona infinitamente agradecida con la vida, feliz con las elecciones y decisiones tomadas y además, afortunada de estar cumpliendo mis sueños; viajar, explorar y vivir en el campo, en medio de la naturaleza y en contacto directo con su abundancia natural. A día de hoy he conocido más de 25 países y aún no tengo en mente parar. He viajado en grupo, sola y principalmente, como mochilera.

Vengo de una familia muy humilde de seis hermanos del sureste de Gran Canaria. Mis padres, gente de campo y aparceros, nos transmitieron valores fundados en la unión familiar. Aunque mis padres no se lo plantearon, nos educaron para ser libres. Trabajaron duro para intentar dejarnos un legado, pero mi infancia no tuvo detalles materiales y sí grandes experiencias. Aun así, soy la quinta en el ranking de hermanos por lo que mi camino fue allanado y mucho más fácil gracias a ellos. Entre todos, crearon a esa pequeña salvaje que habita en mí.
Vengo de una familia muy humilde de seis hermanos del sureste de Gran Canaria. Mis padres, gente de campo y aparceros, nos transmitieron valores fundados en la unión familiar. Aunque mis padres no se lo plantearon, nos educaron para ser libres. Trabajaron duro para intentar dejarnos un legado, pero mi infancia no tuvo detalles materiales y sí grandes experiencias. Aun así, soy la quinta en el ranking de hermanos por lo que mi camino fue allanado y mucho más fácil gracias a ellos. Entre todos, crearon a esa pequeña salvaje que habita en mí.
Durante mi adolescencia, mis amigos pasaron a formar parte de mi familia. Entendí que la base de una buena relación parte de la amistad y, que para mí, familia y amistad van de la mano. Tengo una familia enorme!!! y la gran suerte de que me acompañan física y emocionalmente.
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Me crié en un pueblo con grandes valores culturales y musicales. Numerosas asociaciones juveniles con multitud de propósitos, escuelas y colectivos que rescataban y rescatan las tradiciones del pueblo canario, con el solo afán de mantenerlas vivas y divulgar para no caer en el olvido.
Desde los 5 hasta los 16 años, estuve en un club de atletismo y siempre muy en contacto con el deporte. Esta etapa de mi vida me vinculó a mi necesidad de hacer deporte, disfrutar del aire libre, de la naturaleza, oxigenarme, disfrutar de mi misma y explorar. Es tal lo que me afecta, que la escasez del deporte en mi vida me genera un profundo sentimiento de vacío y tristeza, condicionando mi estado anímico y mi sentido del humor.
Para cuando tuve que elegir el rumbo de mi vida laboral, llegó la Selecti-vida de aquel entonces. Como muchísimos otros jóvenes, yo no estaba preparada para elegir. Dadas mis circunstancias geográficas y las oportunidades que el sistema me brindaba, mi oferta universitaria estaba limitada al ámbito insular.
Tardé unos años en abrir mi mente pero, mientras tanto, tuve la maravillosa experiencia de estudiar jardinería y convivir con dos grandes compañeros de instituto y hermanos de travesía. Esta fué la primera vez que tuve la sensación de haber salido del hogar familiar. Fueron unos años maravillosos que contribuyeron enormemente a mi desarrollo personal.
Con 19 años descubrí la carrera de Geología fuera de mi comunidad autónoma, en Granada, y me sentí alineada desde el primer momento con la Geología. A pesar de que el mundo que me rodeaba me decía que era “una carrera sin salidas”, decidí asumir el riesgo. Con 20 años dejé de trabajar y empecé mi gran aventura en Granada, el reino Nazarí.
Cualquier persona que haya tenido la gran suerte de estudiar y vivir en Granada, sabrá que allí todo es aprendizaje. Granada se convirtió en mi segundo hogar y casa de grandes amigos, una gran comunidad que tengo el orgullo de llamar familia.
Estudié la carrera de Geología a base de becas y voluntariados y al terminar, quise volver a Canarias con mi familia. Sin embargo, me surgió la posibilidad de continuar mi carrera con una tesis doctoral en Granada. Durante los años de tesis hubieron muchos momentos de estrés que afectaba a mis horas de sueño y estabilidad emocional. Mi autoestima quedó enterrada y destrozada, y mis valores pisoteados y humillados.

Después de cinco años de frustraciones, decidí cambiar con todas las consecuencias. Rompí con esa gran creencia que hay en nuestra sociedad; “ya que empiezas la tesis, pues la terminas”, “ –¿cómo lo vas a dejar ahora?”. Creencia más fuerte y arraigada que la de “tienes que trabajar de lo que estudias”.
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Una tesis doctoral es un gran proyecto personal. Por lo general tratas de poner absolutamente toda tu energía y mostrar tus capacidad, entregas toda tu pasión en ello. Es por esto que el riesgo de vulnerabilidad emocional es mucho mayor. Cuando una persona no quiere seguir con la tesis doctoral, generalmente experimenta una enorme frustración, intolerancia personal, desconcierto y una sensación terrible de incoherencia consigo mismo y sus principios. Lo ves como un fracaso difícil de superar. En mi caso, además estaba dejando de creer en la ciencia y en todo lo que yo había hecho (que ya era mucho) sintiéndome inútil. No me quería ni me valoraba, no valoraba mi trabajo ni mis capacidades.

Mi despertar surgió respondiendo a unas simples preguntas: ¿hasta dónde va a llegar mi ambición personal? ¿Ambición personal o salud? ¿Qué pasará cuando no tenga salud? Fue así como me liberé, lo dejé todo y me fuí. Dejé de forzar situaciones y el destino me puso frente a una oferta de trabajo que tenía mi nombre en Escocia.
Escocia fue un renacer. Aunque siempre he dicho que estudié Geología por pura vocación, en Escocia encontré lo que parecía ser una utopía en España; trabajar de lo que había estudiado y ser evaluada correctamente por mis resultados en una empresa. Promocionada, motivada e incentivada para seguir formándome, especializándome, investigando e incluso publicando bajo el nombre de la empresa.
Aún no conozco el arrepentimiento, no me arrepiento de haber dejado mi carrera de investigación, sé que lo que hice me sirvió, lo hice con el corazón, me encantó y lo disfruté. Pero, ¿Qué fue lo que me devolvió mi estabilidad emocional? No fue más que volver a conectar con conciencia plena a la naturaleza para volver a colocarme en mi lugar dentro del sistema natural. Escocia es pura magia, mística y con un gran valor geológico y natural.
A día de hoy he realizado más de 25 campañas geofísicas marinas tanto académicas como comerciales en numerosos mares y océanos, y en un campo en el que la mujer aún no juega un papel suficientemente equitativo. El objetivo principal de estas campañas era determinar y realizar análisis de riesgo geológico donde se prevea cualquier actividad sobre el lecho marino para mitigar riesgos. Y aunque dejé de embarcar y mi carrera laboral cambió tras ser madre, el día que nació Garoé yo nací por segunda vez.

Mis éxitos y frustraciones definen lo que soy hoy día; han sido un aprendizaje, irrepetible e inigualable. Me siento feliz y desdichada. Tengo un compañero de incalculable valor y un hijo fuerte, sano y adorable.
Sinceramente, yo vivo en abundancia.
Este proyecto nace de la necesidad de divulgar y difundir a todos los niveles el valor y la importancia que la ciencia y la educación ambiental tienen, y cómo influye en nuestro día a día. Estamos viendo como el interés en ciencias se disipa a diario y la educación ambiental es cada vez más necesaria. Todos queremos dejar un legado digno a las generaciones venideras y queremos que ellos lo hagan mejor de lo que nosotros lo hacemos. Pero estamos evolucionando en sentido contrario a lo que naturalmente deberíamos, nos apegamos más a lo material, y creemos que la abundancia está en la cantidad de cosas que poseemos; aunque vaya en detrimento de nuestra libertad. Además, durante los últimos 100 años el rumbo del ser humano ha ido en contra del sistema natural y no con el sistema natural. Es por esto que, por el bien de la diversidad biológica y geológica, debemos aprender cuanto antes a trabajar en consonancia con la naturaleza, y no en su contra.
El propósito de este espacio es ayudarte a conectar con la abundancia natural y cultura de cada lugar sin dejar huella, y cuya misión es diversificar el turismo tradicional hacia la sostenibilidad promoviendo y apoyando el geoturismo, la educación geológica y ambiental y actuando en consecuencia para hacer de este mundo un lugar más habitable. Yo quiero dejarle un legado digno a mi hijo y a las generaciones venideras, y ¿tú?
